BLOG DE CRÍTICA Y ANÁLISIS

jueves, 23 de julio de 2009

"The Unit" (Temporada 4)

"The Unit" - Cuarta temporada (2008-9)
Verticalidad, acción y estoicismo
La cuarta temporada hará crisis literalmente, directa e indirectamente en las relaciones de pareja: sí, desde un matrimonio hasta una insólita separación. Porque de esa doble vida que llevan las parejas de los soldados de la unidad, hará eclosión en un mundo puramente mametiano: nada de lo que vemos será verdad y, por supuesto, nunca sabremos a ciencia cierta cuando termina de develarse lo verdadero de estos soldados. Y así como todo es doble y especular, quienes dudaron se fortalecerán, y quienes estaban rígidos se resquebrajarán haciendo tronar el suelo a partir de sus decisiones.
Y la serie seguirá mutando, desde la llegada de un nuevo integrante hasta la salida honoraria de uno de ellos, desde la muerte de uno de sus integrantes principales, hasta la ida de una de sus mujeres.
Y si no faltarán escenas de acción cada vez mejor filmadas, tampoco faltarán capítulos a la altura de su creador que en este caso dirigió solo el primero, pero escribió varios otros.
De uno de ellos sale este diálogo ejemplar, entre Tom y Charlotte, el Coronel a cargo de la Unidad y su mujer, respectivamente:
Charlotte -...No soy tan poderosa como crees. Las mujeres no somos tan poderosas como crees...
Tom -¿Es cierto?
C. -Sí, es cierto. Y te contaré una más. No hay ninguna diferencia entre ninguna de nosotras. Son solo "Betty" y "Verónica", todo una ilusión...
..........................................
C. -Sí, debes tener cuidado con lo que deseas.
T. -¿Qué?
C. -Dije que debes tener cuidado con lo que deseas.
T. -Debemos tener cuidado con todo.
C. -Sí,eso es verdad.
T. -¿Y qué nos queda?
C. -¿Que nos queda? No autocompasión.
T. -Oh, no.
C. -No te autocompadezcas porque tienes elección.
T. -No lo haré.
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C. -Nunca te pregunté por tu triste historia. ¿Sabes por qué?
T. -¿Por qué?
C. -Porque la tienes tatuada en la cara.
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C. -Pero yo no te amo por lo que tú haces...
T. -¿Y porqué me amas?
C. -Bueno, esa es la cuestión. Si tu eres un traidor, si tu eres un farsante, si siempre...siempre escoges mal... ¿Quién podría amar a un hombre así?
T. -¿Quién?
C. -Sí, quién?
T. -¿Sabes por qué te amo Charlotte?
C. -No me amas, Tom. Me amabas cuando era Shiva destructora de los mundos. Es a quien podrías amar...o a una puta rusa... Es a quien podrías amar Tom, quien verifique tu fe en las mujeres... Es a quien podrías amar, la chica mala. Quiza esa es la única clase de mujer que hay. ¿No sería eso reconfortante?...
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Una serie que muestra en la superficie todo lo que de verdad esconde. Y debajo de la acción física, el duelo solo pasa por conocer. Y sabemos cada vez más. Puntaje: 9

Ryûhei Kitamura - The Midnight Mead Train (2008)

El último Subte
Una pareja de jóvenes: ella, Maya, fontanera; él, Leon, fotógrafo esperando la oportunidad de dar el salto. Cuando un amigo en común lo conecta con la afamada directora de una importante publicación recibe el veredicto: sus fotos "casi" son geniales, solo le falta el momento después. Como si gatillara un momento antes de que la realidad lo atraviese, como si solo alcanzara con esperar un momento o seguir disparando hasta que acabe la secuencia.
Leon comienza a buscar la imagen ideal. Y cuando sigue a un grupo de vándalos en las escaleras del subte que intentan robar y violar a una modelo, Leon los detiene inteligentemente por una cámara de seguridad. Y la modelo sonríe y sube al subte. Solo que esa fotografía será la última.
Cuestión que Leon se da cuenta y se lanza a buscar la consecuencia que restaba en la sonrisa de la modelo.
Pero algo ocurre en los vagones y ya son muchas las personas que desaparecen.
Desde el guión de Clive Barker, aparecerán escenas de descuartizamiento, laceraciones y antropofagia. En este guionista -y también escritor, director, etc.-, es común la convicción a través de sus obras de que habitamos un mundo paralelo que coexiste al nuestro. Y ese mundo es oscuro, sanguinoliento y su supervivencia es tan excecrable como sus rasgos corpóreos. Difícil describir la constitución física de aquellos que cohabitan junto a nosotros: todos los rasgos abominables son posibles y aparecen literalmente en el film.
La búsqueda de esa fotografía perfecta llevará a Leon a conocer ese otro abismo. Uno que de tan negro no tendrá fin. Y allí se internará para complacer a su Madrina.
Y no dejará de arrastrar a Maya, a su amigo y a mucha gente que conoce la existencia de ese mundo subterráneo.
Lo mejor del film es una cierta convicción de que esto ocurre. Que ese otro mundo existe. Eso es lo que la puesta en escena transmite. Y dentro del género este film resulta valioso, pero solo para aquellos dispuestos a soportarlo. Puntaje: 7

miércoles, 22 de julio de 2009

Tony Scott - The Taking of Pelham 1 2 3

El montaje y una buena historia
Los últimos films de Tony Scott son una invitación a ver cine. Es decir, a ver las películas en la gran pantalla. Si quedan films como estos es muy posible que el cine, aún, de pelea contra el alto nivel de las series norteamericanas.
El controlador de trenes Walter Garber entabla un duelo particular con Ryder, que ha secuestrado el subte justamente llamado Pelham 123. Hasta aquí lo de siempre, que los rehenes, que las exigencias, que todo va en serio, etc.
Pero si algo distingue a las última películas de Tony scott son las cuestiones de montaje. Sin dejar de encuadrar con pleno uso del concepto y rigor clásicos, Scott subvierte justamente en el entre de cada plano: es un movimiento, una serie de planos que desfiguran los cuerpos, el uso de ópticas "gran angulares" para desfigurar los cuerpos y las imágenes, y, aquí lo más original, una consecuencia formal entre plano y plano con"ese relleno", logrando que la película se desplaze con aceleración constante, y en esa aceleración constante uno queda atrapado sin más remedio en esa sucesión de imágenes sinfin.
Si a ello le agregamos que Scott ha tenido últimamente el tino de contar buenas historias (en este caso es una remake del muy logrado film homónimo dirigido por Joseph Sargent en 1974), podemos decir que estamos ante otro gran film de Scott.
No cómo su anterior Deja Vu, pero siempre vale la pena. Al menos el último Tony Scott. Puntaje: 8

David Mamet - The Spanish Prisoner (1997)

El eterno simulacro
Joe Ross ha diseñado un "proceso" que llevará a un revolucionario cambio en el mercado, pues este invento es único en el mundo. Un auténtico McGuffin hitchcockiano del cual nunca sabremos a ciencia cierta de qué se trata.
Y viaja al Caribe junto a los dueños de la empresa donde trabaja para buscar captar a un grupo de inversores que posibiliten la finalización del "proceso". Y por supuesto, lograr la certificación del reconocimiento monetario por su imprescindible aporte.
A partir de allí, Joe se internará en una auténtica pesadilla. Y siguiendo al maestro, Joe será -el también hitchcockiano- falso culpable.
De principio a fin Mamet despliega aquellos temas que le son tan caros, únicos y profundamente inteligentes.
Porque el cine de Mamet se construye siempre como una interrogación del simulacro, aquello esencial y especial que deviene de toda la historia del cine. Y en esa apuesta constante, el gran Mamet constituye una trama cerrada, de pocos pèrsonajes y donde nada de lo que vemos será como lo vemos. Siguiendo el punto de vista del personaje, otros personajes nos edificarán una trama que a más cierta más problemática, y a más falsa, más verdadera.
Desde esa progresión, Joe Ross portará el rasgo de Boy Scout, como lo llama su amiga Susan Ricci (la siempre enigmática, sonriente y maldita Rebecca Pidgeon); sí, pero también Joe purgará aquel pecado que más tarde reconocerá. La ambición del dinero de Joe será inversamente correspondida con un juego centenario, la famosa trampa del "prisionero español".
Todo lo que tendrá en sus manos será, en un momento, una suma de páginas en blanco. La misma materia que constituyen sus sueños. A Joe no lo salva la fe, lo salva su excesiva bondad. Y Mamet cierra el círculo perfecto. Puntaje: 10

martes, 21 de julio de 2009

Dario Argento - The Mothers of Tears (2007)

La excusa para el horror fílmico
Última parte de la trilogía que comenzó en Suspiria (1977) y continuó en Inferno (1980). La aparición de la Madre de las Lágrimas -la más terrorífica de las tres-, a partir de la apertura de un ataúd más uno pequeño adosado a él, que contiene el tejido que conlleva el poder-; y todo a partir de la estudiante de artes Sarah Mandy (Asia Argento) quien junto a su superiora desatan el infierno al abrir el mismo.
Una serie de detalles dan la idea precisa de lo que este film resulta: el momento en que la Madre de las Lágrimas se coloca la vestimenta es un paneo que acompaña el movimiento, desplazándose por el cuerpo desnudo de Moran Atias y deteniéndose un plus más de tiempo en su cola; un travelling sin sentido que acompaña a Sarah al internarse en la morada de la Madre de las Lágrimas solo para dotar a la película de cierto rasgo de autor fílmico: un travelling tan innecesario como vacío.
El guión, escrito por el mismo Argento también, contiene toda la serie de lugares comunes: un origen "religioso", violencia y escenas gore "acordes" al género y varios desnudos y escenas sexuales por igual motivos que los anteriores.
Ahora bien, entre el paupérrimo guión de Argento, su resolución fílmica grandilocuente y apurada, las actuaciones más que lamentables de Asia Argento y de Moran Atias, uno no sabe por donde empezar a recordar tal pérdida de tiempo en su visionado. Y decir actuación a lo de Asia Argento es ser generoso, aclaro.
Quizá todo se trate de un malentendido de mi parte y el film solo sea una ironía del género y de sus films anteriores. Sólo ese podría ser un consuelo.
Dario Argento ha conocido tiempos mejores. Éste filme debería erradicarse de su filmografía. Ya no sé si es acorde o no a ello. Puntaje: 2

Rubem Fonseca - La cofradía de las espadas

"La cofradía de las espadas"
Rubem Fonseca
Editorial Norma
Bogotá, 2001
Humano, demasiado humano
Ocho cuentos, a la vez de disímiles, a la vez que surcan caminos diferentes.
El punto de vista de un asesino en un incesante ida y vuelta de epístolas, una pareja de "abnegados" que llevarán a un personaje a un destino incierto, una muerte natural que no suspende ni la fiesta de la alta sociedad, un trabajo por encargo que debe terminarse, una defensora de los derechos de los animales que vale su precio, un homenaje a Jean-Luc Godard representado en una obra teatral cuyos espectadores son los mismos lectores y que se construye con la misma disgresión del relato cinematográfico, un día en la vida de dos amantes que tienen sexo hasta el final, y claro, el cuento que da título al libro, una cofradía -y como tal, secreta, oculta-, donde el principio básico es lograr tener orgasmos sin eyaculación.
Todos los cuentos de este libro tienen un tema en común y es la cercanía con la muerte. Como ella atraviesa los relatos pero no desde el margen sino como cuestión central y en la que los distintos personajes resolverán, como puedan y también tornando a estos hombres y mujeres en esas "pequeñas criaturas" como gusta llamar Fonseca.
Leer un libro de Fonseca es aventurarse a un mundo oscuro pero a la vez conocido. De tan cercana la muerte también lo es el orgasmo: en ambos se iguala la cuestión del límite y de esa forma se traspasa una frontera. Qué hacemos allí, como bordeamos la instancia y cómo traspasamos la valla.
Rubem Fonseca nos impulsa una y otra vez a acercanos a ella de formas diferentes y repetidas. No otra cosa es el cuento "A la manera de Godard", donde una mujer y un hombre, enfrentados ideológicamente por cuestiones temporales y por ende futiles, redescubren una especie de verdad en el contacto físico y dejando que las palabras poco a poco hurguen en sus cuerpos para revertirse en otra cosa.
Si la muerte y el sexo homenajean estos cuentos, también lo es que cada uno está bautizado en sangre. No podría ser de otra forma. Rubem Fonseca es humano, demasiado humano. Puntaje: 8

lunes, 20 de julio de 2009

Sidney Lumet - Find Me Guilty (2006)

30 años no son nada
Jackie Dee, miembro de la Familia Lucchese y ya cumpliendo una condena de 30 años, fue juzgado junto a 20 de sus compañeros de la Familia en el proceso judicial más largo de la historia de los Estados Unidos. Enfrentaron 76 cargos y desde la actitud de Giacomo "Jackie Dee" DiNorscio, quien pese el desacuerdo del jefe de la familia decide defenderse a sí mismo, el juicio se transforma en una auténtica performance ante el estrado.
Fueron vanos los intentos del F.B.I. para lograr su colaboración y delatar así a sus amigos. Jackie hace gala de una summa recurrente de facetas simpáticas para conmover al jurado.
Película extraña, y en el dudoso sentido del término. Sidney Lumet, a través de este personaje, nos lleva a la temprana empatía con un delincuente de la peligrosa familia neoyorquina.
Aclaramos, que también el Marlon Brando de The Godfather nos provocaba lo mismo; pero a diferencia de esta película de Lumet, a Cóppola no le interesa en lo más mínimo la cuestión "histórica": a Cóppola le interesaba el poder y el orden político de "América".
Aquí Lumet se encuentra, pareciese, más relajado en lograr buenas actuaciones -por lo demás, un sello de su parte-, pero para decir...nada. O peor aún, para decir, entre otras cosas, que se puede ser asesino pero si se es simpático, tendrá la anuencia del jurado, y claro, de ese Dios siempre sobrevolando el aura de los films.
En la línea siempre a desconfiar del incorrectismo político, Sidney Lumet mantiene esa constante de opinador de temas de turno, o silencioso que dice más que mil palabras. En esta película, el director habla hasta por los codos, en un film secundario, casi clandestino y gris en todas sus facetas.
Cuesta creer que el jurado se haya solidarizado con este cretino y dejado a todos los integrantes de la Familia libres. Si la apuesta fue esa, Lumet cumple con la descollante actuación de Vin Diesel y un notable Ron Silver en el papel del juez.
Un film anónimo, casi, que guía los principios éticos a ninguna parte. Puntaje: 4

Hard Boiled - Frank Miller / Geof Darrow

"Hard Boiled"
Guión: Frank Miller
Dibujos: Geof Darrow
Norma Editorial
Barcelona, 2008
Miller más Darrow es suficiente
El comienzo de ésta novela gráfica no podría ser mejor. Viñetas de página entera y a doble página para desarrollar un relato de violencia dibujado por el experto en detalles Darrow. Y entonces también es posible ver 29 viñetas en una sola página!! Narrando con maestría, y de la mano de Frank Miller en su mejor momento, este relato retoma, cambiando apenas algunas facetas, uno de los temas de Blade Runner: ¿es hombre o máquina?...¿cuánto de humano hay en un individuo?...¿somos nuestra memoria?...
Digamos que una especie de cazador de androides semejantes a los humanos, vuelve una y otra vez a pensar ese eterno: ¿quién soy?... O como negarse a saberlo para seguir en esa burbuja, que al menos lo tranquiliza...Y la verdad duele demasiado.
Y mientras tanto se despliegan en las más de 100 páginas una trama que apenas ha servido en otros casos para una historia de algunas hojas.
Pero detrás de estos nombres del cómics, todo fluye al mejor estilo manga. Un dibujo exuberante y detalles que obligan o permiten una lectura minuciosa de un dibujo por demás de detallado. Pocos diálogos y una violencia muy propia de los temas que a Miller le son tan afines.
Galardonada en el prestigioso premio Eisner como mejor equipo completo, tanto Miller como Darrow son autores de una historieta que posee un despliegue visual impactante que obliga a una placentera relectura. Puntaje: 9

miércoles, 15 de julio de 2009

Mario Monicelli - Amici Miei (1975)

El humor cómo respiro
En oportunidad de asistir al Festival de Mar del Plata del año 2007 -sí, con sus increíbles y lúcidos 92 años-, el director Mario Monicelli explicaba que un film como éste, que ironizaba sobre la sociedad de ese tiempo, sería ahora impensable, que el humor pasaría por reírse de políticos o de los estamentos del poder.
Y pareciera que esto sería cierto...Pero entonces...¿Por qué este film nos sigue deleitando?
Entre otras cosas, y para no extenderme demasiado, porque un film no solo nos cuenta aquello que sucede en la puesta en escena, sino también ese momento sagrado que es el tiempo de la realización, y mucho más en un film que retrata su época.
Un grupo de amigos se junta periódicamente y sale de "caravana", un día entero, o dos, o una semana. Y se divierten del "otro", y por supuesto, de ellos mismos. Porque todos son respetables hombres de la sociedad: el dueño de un bar, uno que ostenta el dudoso título nobiliario de Conde, un periodista, y un arquitecto del municipio; y a posteriori se agregará un brillante cirujano.
Ellos son el grupo que retornará a la niñez, a esa época donde las líneas divisorias sobre el qué y cómo reírse están por demás de diluidas, y entre presentación de personajes para contrariar aún más sus excesos (y de todo tipo) y despliegue de humor, sí, irreverente, cambian risa por lágrimas a diestra y siniestra.
Si hasta en el funeral del final no pueden dejar de sonreir al sol, pero claro, siempre con la mayor seriedad.
Mención aparte se merecen el grupo de cinco talentos entre los actores, y siguiendo el orden en que los presenté anteriormente: Duilio del Prete, Ugo Tognazzi, Philippe Noiret, Gastone Moschin y Adolfo Celi.
Y entre todas las escenas memorables, me quedo en el momento en que el Profesor Sassaroli le entrega su esposa al enamoradísimo Rambaldo: pero eso sí, su mujer incluye hijos, perro parecido a un hipopótamo, criada y demás accesorios. Y ya allí el gran Adolfo Celi como el Profesor Sassaroli se tornará en uno más del equipo.
Título que dió lugar a dos films posteriores, este Amici Miei (Amigos míos) encuentra a Mario Monicelli con uno de sus títulos más recordados. Y téngase en cuenta que al momento de su realización, el mundo se cobijaba de "ideas políticas" y de revoluciones tardías. Monicelli, en ese contexto, se dedicó a mirar y retratar a la gente, pero no desde lo alto, sino a la altura de sus ojos. Ese es su mayor mérito. Puntaje: 8

Joel Coen - The Big Lebowski (1998)

Como los buenos vinos
A veces geniales, a veces ciertamente insufribles, los hermanos Coen despliegan en esta película ciertas líneas que lo distinguieron en cuanto al cómo construir una comedia. Generalmente con vaivenes que van del género negro -Blood Simple, Miller`s Crossing, Fargo, etc-, a una especie de comedia negra -Raising Arizona, The Hudsucker Proxy, Burn Afther Reading, etc-, los Coen se internan, con su gran Lebowski, en un despliegue de personajes lo más de bizarros.
Si su protagonista, The Dude, se acuesta en su alfombra para escuchar con auriculares...un juego de bowling!!!...bueno, es que estamos en presencia de la psicodelia más pura y lo mejor, filmado con seriedad, lo que provoca una especie de risa o sonrisa nerviosa.
Y eso son los Coen como comediantes, deconstructores del género de tal forma que del mismo solo se avizoran destellos; y a partir de allí, y como si no existieran obstáculos, rearman un espectáculo que la más de las veces necesita de un segundo visionado.
Porque solo en ese segundo visionado es posible desarticular el humor tan fino e inteligente en la construcción del relato.
Como ejemplo sublime, y como tantos que están en esta película ya de culto, la conversación entre Maude Lebowski (Julianne Moore) y The Dude, respecto a la palabra vagina; y mientras el nunca tan irreverente Jeff Bridges bebe uno de sus recurrentes tragos a base, claro, de leche.
Tal humor muchos veces se lo interpreta, a veces con desgano y otras con desparpajo.
Desde el uso cuasi metafórico del término "anal" en su ópera prima Simple Blood a este "vagina", la deconstrucción no solo alcanza al género sino también al lenguaje más coloquial. Y allí es cuando nos encontramos en un verdadero desierto. Se nos cruza que su humor es estúpido, o sencillamente el vuelo es demasiado alto.
En este The Big Lebowski, a once años de su estreno, las claves se nos aparecen más cristalinas que nunca. Y la película es, ciertamente, cada vez mejor. Puntaje: 9

martes, 14 de julio de 2009

Jonas Akerlund - Horsemen (2009)

Un comienzo y un Final
Una serie de asesinatos rituales son investigados por el detective Aidan Breslin. El primero de los cadáveres, que no es tal, es altamente sugestivo. En medio de una especie de río helado, una especie de altar y un plato con copa encima a descubrir por un lugareño en las afueras de una gran ciudad. El detective a cargo arrastra además la cercana muerte de su mujer tras una larga enfermedad y el (des)cuidado de sus dos hijos, un adolescente y un niño pequeño.
La trama se torna más interesante aún cuando los asesinatos están ligados a la Primera parte del Capítulo seis del Apocalipsis, exactamente a la de los cuatro jinetes del apocalipsis, cada uno con su color: rojo, negro, verde y blanco.
Y toda esta primera parte que dura una media hora de película atesora lo mejor de films temáticos similares como Seven de David Fincher, Manhunter de Michael Mann, etc.
Y comienza otro film, uno repetido, estirado, aburrido y lo peor, previsible. Toda la información que leemos al comienzo del film nos alerta de un final que termina pero se intuye que sin saber adonde se dirigía.
El cóctel de crímenes seriales, temas seudo religiosos, asesinatos con resoluciones rituales y signos que le son afines han dado lugar la más de las veces a películas de un nivel por debajo de lo aceptable. Y si bien es verdad que lo sacro se ha degradado en estos tiempos -ya por demás de extensos-, más verdadero resulta saber que los tópicos religiosos y símbolos correspondientes solo importan cuando detrás de la cámara aparecen autores que confiesan su fe.
Allí, y desde la puesta en escena, aquello ligado a todo tipo de misterios se nos revela de otra forma. Como ejemplo de esto comparar este film con The Exorcist III a cargo de William Peter Blatty, escritor de The Exorcist -film dirigido por el maestro William Friedkin-, y que desde su formación jesuita construye un film admirable, oscuro y desolador.
Por lo demás, Hitchcock decía que "cuando mejor era el malo mejor era el film". Del Mal que se apodera del alma de algún personaje en los grandes films contemporáneos, pasamos a este Horsemen que enarbola el Mal como capricho y juego para ordenadores.
Como en todo, en la puesta en escena se responde. Desde ese lugar, el director Jonas Akerlund responde solo por media hora. Puntaje: 3

Oliver Stone - W. (2008)

El Stone que nunca estuvo
W. cuenta la vida de George W. Bush. Uno de los presidentes más odiados de los últimos tiempos. Y la apuesta de Oliver Stone pasa por contarnos la vida de este Bush joven, cuando era un alcohólico y el "hijo de", saltando en el tiempo al Bush que decide la invasión de Irak. Del pasado al presente post 11/9. Un ida y vuelta constante, y donde los asuntos del pasado legalizarán sus acciones en el futuro.
Y pareciera que el director solo intenta ser la más ecuánime posible. Como si solo se pudiera pasear con la cámara y viajar en el tiempo para establecer desde la distancia un estado de situación; y aclaro, que desde la distancia de empatía con el personaje. Y uno al terminar el film se queda con la sensación de que todos los males de la administración tuvieron que ver con ideas y decisiones que sugirió el Vicepresidente Dick Chaney. Como si Bush fuera un monigote que, de tan acomplejado por la relación de su padre con su hermano y el desplante al que se vió sometido, solo firmó decretos desde el más puro desinterés.
Toda la escena de ese ritual "iniciático" al que lo someten cuando es soldado, terminan victimizándolo. O sea, si lo indujeron a tomar alcohol he ahí la fundamentación de su enfermedad; si firma los decretos para legalizar la tortura, un comentario del mismo Bush lo refiere a las "torturas" que recibió en tal ritual.
De campechano, honesto, algo tontuelo, y la justificación que llegó a la presidencia de puro tesón, queda solo un paso para tener cierta empatía con este personaje.
Pero entonces... ¿Qué se propuso Oliver Stone?
Desde su conocido izquierdismo, el film justificaría su honestidad como artista.
Desde el oportunismo histórico, desde esa miopía tan propia y consecutiva de sus películas, este "W." es un eslabón más para un director que supo engañar metódicamente a unos cuantos incautos con su posicionamiento político.
Si algo rescatamos del film es la caracterización de Josh Brolin, y que el único desnudado aquí no es el ex-presidente, sino el mismo Oliver Stone. Puntaje: 3

lunes, 13 de julio de 2009

Pollo con ciruelas - Marjane Satrapi

"Pollo con ciruelas"
Guión y Dibujos: Marjane Satrapi
Norma Editorial
Barcelona, 2008.
Otra joya de Marjane Satrapi
Si la brillante "Persépolis" es ya una obra de culto en la historia del cómics, este "Pollo con ciruelas" no le va en zaga. Y si ambos comparten la cuestión biográfica, lo que en el primero era excesivo y espectacular, en éste segundo prima lo pequeño, lo meramentre anecdótico, pero que teje a lo largo del relato un crescendo dramático con un final mucho más importante que el final del protagonista, pues allí sabremos porqué. Y en ese porqué esta la clave de la obra.
El relato comienza con Nasser Ali Khan intentando conseguir un nuevo Tar, (instrumento tradicional iraní, que es una especie de guitarra de seis cuerdas, con trastes y de largo mastil) debido a que su mujer se lo rompió en una discusión. En este primer capítulo solo sabemos que Nasser es un músico reputado y que ninguno de los instrumentos que le venden iguala el sonido del anterior. Y pese a cruzar todo el país para conseguir algo digno para un músico de su estirpe, ninguno conforma su oído agudo y su inestimable sensibilidad. Luego de esto decide dejarse morir. Y el primer capítulo cierra con el entierro del músico.
Pareciera que estamos en presencia de una historia muy difícil de justificar, al menos en el accionar del músico, padre de dos hijos disímiles.
Lo que sigue en el relato son los últimos ocho días de Nasser. El dibujo y la narración de Marjane Satrapi es ajustado y despliega las viñetas en la página con un candor muy propio de quien sabe de lo que está hablando. Solo puedo decir que entenderemos a Nasser, y que esa sensibilidad extrema se iguala a la de la autora para contar esta maravillosa historia.
El desnudo emocional a la que nos arrastra Marjane se equipara a la extrañeza de uno de los suicidios más extraños y a la vez más comunmente fundamentados.
Novela gráfica que obtuvo el premio como mejor obra en el prestigioso Festival de Angoulême del año 2005, solo puedo agregar que no alcanzan los elogios para una historieta inundada de sencillez y de belleza existencial. Solo dan ganas de leer más y más de esta autora excepcional. Puntaje: 10

Stephen Daldry - The Reader (2008)

Hanna y su doble
"El lector" es una película polémica. Quienes la critican aducen motivos referidos a los desatinos que hicieron en la transposición de la novela al film; quienes la defienden lo que más les interesa es la colectividad de la memoria que encarna el personaje de Michael. Tales lecturas encontradas refieren a un aspecto específico del film: que es el momento en que Michael oculta en el juicio pruebas que liberarían a Hanna de la pena de prisión perpetua. ¿Es correcta su decisión? Para atenuarlas, el film construye en el personaje masculino una pesada culpa que el director se encarga de certificar en la negativa de Hanna hacia el final de un sincero arrepemtimiento, al menos a los oídos de Michael.
Y nada mejor que la elección del casting para los personajes. Si el Michael joven es un adolescente taciturno y desaforado, el Michael adulto es lo más cercano a un estúpido, un Ralph Fiennes desdibujado y siempre en trance.
Un momento del film es revelador, que es cuando Hanna interroga al juez y le inquiere: "¿Usted que hubiera hecho en mi lugar?". Y el juez solo atina a enmudecer. Película tramposa porque de la cobardía de Michael para decidir a partir de la verdad, esconde la doble moral en la justificación del aberrante pasado de Hanna.
Y si supuestamente Michael hace lo correcto, lo hace a partir del error -del mismo error histórico-, de suponer y actuar en nombre de la mayoría. Su deseo no se relaciona con su pulsión. Y allí no solo es un cobarde sino un mentiroso, o sea, un hombre que se engaña. Las lágrimas al entrar a la habitación de Hanna evidencian la estupidez cometida, y su relato a su hija es, lo menos, patético. Era ante los hombres del jurado que Michael debía hablar. Al menos hubiese salvado su conciencia, y no me refiero a la conciencia social.
La clave del film son las puertas. Son las que cierra él a su pasado, pero también las que cerró Hanna una noche desatando el horror; la puerta que duda cruzar Michael en la habitación de ella, y todas las múltiples puertas que aparecen en la puesta en escena que ayudan a conocer y posicionarse en la historia.
La historia la conocemos, a partir de Michael y su falsa ecuanimidad. A Hanna la juzgó un tribunal. A Michael solo le queda llorar frente a un espejo. Y es el único tribunal, eternamente, que es imparcial. Felizmente. Puntaje: 5

miércoles, 8 de julio de 2009

McG - Terminator Salvation (2009)

Un Terminator salvado
Esta podríamos denominar cuarta parte de Terminator se retrae especularmente a los dos primeros de la saga y por lo demás brillantes films de Cameron. Toda la acción se desencadena en el futuro, con John Connor allí presente pero también con el otro personaje principal de esta cuarta parte: Marcus.
Condenado a muerte, cede su cuerpo para la investigación científica y ya aparece allí la primera disgresión visible de Marcus: lo que veremos en un futuro es casi una imagen, un organismo cibernético controlado por un chip oculto en su cabeza y que solo posee su corazón humano. En ese beso de una mujer que le queda poco de vida, muy cercana a la muerte, se emparenta con ella: es la muerte a través de la ciencia quien controlará el futuro de Marcus en el más allá y luego, claro, bien presente en la historia narrada.Emblema que es demás manifiesto en cuanto a su significación de dualidad y el combate al que se someterá, mucho más importante que el resto de los combates que aparecerán en la trama.
Allí es donde se enparenta con los films de Cameron, tan incomprendido en cuanto a la idea que encierran sus dos films de Terminator: en los dos está atravesada la mitología cristiana como hilo que vertebra los dos relatos.
Es epifánico el momento en que Marcus, "crucificado" en un momento revela esa verdad a John Connor que finalmente entenderá. El combate al que se somete Marcus es una clara victoria del "bien", esa elección que conlleva a la verdad, eternamente. Puntaje: 8

Gregg Araki - Misterious Skin (2004)

El pasado los condena
Neil y Brian son dos niños que coinciden en un equipo de béisbol a la edad de ocho años. Pero en medio de un partido se desata una tormenta y nada volverá a ser igual para esos niños.
Brian aparece en el sótano de su casa sangrando en la nariz y con su uniforme de jugador listo para el juego. Cree que ha sido abducido por extraterrestres y su conducta cambia radicalmente. Comienza a mojar la cama de noche y solo recibe distancia e incomprensión de sus padres. Crecerá toda su adolescencia con ese pensamiento unívoco y contactará a otra abducida que aparecerá por televisión contando su drama. El conocerla lo llevará a intentar develar la verdad, pero es justamente en el acercamiento sexual que le propone la joven donde se visualiza el acorazado estigma que acarrea el joven.
Por otro lado, Neil, quien crecerá con fuertes convicciones de conducta homosexual y sobrevivirá su adolescencia como una especie de taxi boy para hombres mayores. Hará crisis también al final de la adolescencia y se largará a la gran ciudad, New York, donde colisionará hacia el final con un nazi en una habitación perdida perdiendo todo tipo de eje en sus acciones.
Es por Neil que Brian reconstituye ese agujero negro de su memoria, encontrándose juntos en un viaje al pasado que el director Gregg Araki muestra con una solvencia elocuente.
Gran film de este director considerado independiente, que avanza en el descubrimiento de la tragedia abrazando con ternura a los dos niños y a puro golpe al espectador. Puntaje: 8

domingo, 5 de julio de 2009

James Gray - Two Lovers (2008)

El cine de todos los tiempos
Del director de la excelente We Own the Night, James Gray nos entrega una película que puentea hacia lo mejor del cine clásico de otros tiempos. Ya en esa película era visible sus lazos hacia un cine casi imposible de ver hoy día. Polémico y discutido, la crítica francesa y española bordea sus apreciaciones entre talentoso e ineficaz. Con Gray no es posible quedar en el medio, se lo ama o se lo odia. Él encarna lo mejor de un cine que aún hoy sigue siendo estúpidamente discutido. Como se ha leído, considero a James Gray un autor notable y de lo mejor del cine contemporáneo.
Leonard Kraditor es el adoptado hijo de una familia judía. Ya aquí aparece la primera disgresión con la que se construye este film. Leonard, padece además de transtorno bipolar (entre dos polos, la euforia y la depresión) y vive medicado. Tal bifurcación se consuma en la diégesis con la aparición de dos mujeres: una morocha y una rubia. La primera, Michelle, una joven algo desequilibrada e inestable que está de novia con un hombre casado, pero de la que Leonard se va a enamorar. Luego la morocha, Sandra, judía también y que los padres de ambas familias intentan ligar para continuar su emporio de tintorerías. Sandra es una especie de Ariadna que encarna el amor puro y sagrado. Michelle, el amor carnal y pasional.
Tal dualidad es reconstruída no solo simetricamente en la trama, sino también en la puesta en escena. De un segundo intento de suicidio de Leonard, replicará al primero y a una acción de Michelle; de los padres controladores de una familia a la otra; de la ópera fuera de campo de una pareja a la escucha fuera de campo de otra ópera de uno de los personajes; del sumergirse en el mar al comienzo del film al pataleo final en el océano; del ser un hijo adoptado por sus padres hasta la expresiva mostración y literal de tomarlo como tal del novio de Michelle; todo en el film es un doble perfecto y especular que eleva esta película a niveles de autoconsciencia de alguien que sabe, mucho y bien de todo el cine.
La escena donde está Michelle en cama, el novio a su lado y Leonard tras la puerta bien podría haber sido construída por el mismo Fritz Lang: al novio lo reflejará una sombra, eso oscuro e indiscernible que bordea al perfil del personaje; a Leonard lo reflejará un espejo, subrayando su padecimiento bipolar y también, claro, su calidad de entre en la que transcurre su vida.
Y la secuencia final con guante al agua incluído lo subrayaría sin dudas el mismo Hitchcok: del anillo con una piedra que arroja a la arena, luego de reconocerce y elegir, se tornará de entre todas las piedras de la arena en eso que emergerá como lo valioso y único posible: su elección de vida lo ha salvado y de varias maneras.
Un excelente film de Gray al que habrá que seguir los pasos como uno de los autores más notables del cine contemporáneo. Puntaje: 9

El día del juicio - Ricardo Barreiro / Francisco Solano López

"El día del juicio"
Guión: Ricardo Barreiro
Dibujos: Francisco Solano López
Doedytores
Buenos Aires, 2009
Dislocada y ensombrecida
Historieta realizada para Italia, luego comprada por Columba y publicada en uno de sus títulos: D´artagnan. Edición completa con sus diez partes, esta historieta es un hallazgo para esta colección de Biblioteca de Novela Gráfica.
Un hijo bastardo de Jorge Escobar, Luis Mosquera, tomará las riendas del cartel de Medellín. Luis, educado en Londres, y calificado alumno, perpetrará una venganza contra los Estados Unidos por la muerte de sus padres. En paralelo, Dick Master, periodista estrella del "Herald of Manhattan", será quien seguirá la pista de los atentados.
Si bien el guión de Ricardo Barreiro aparece como una retahíla de lugares comunes y episodios exagerados, también es cierto que tiene una dinámica muy propia de la mejor tradición narrativa argentina. Allí en la década del `50 y con Oesterheld a la cabeza, la narrativa se desplegaba a través de los géneros y con brillos hoy ausentes -ante no saber bien que contar-, entre otras cosas. Barreiro supo tomar la posta con un relato de extraordinaria agilidad, y el dibujo de Solano López merece un comentario aparte.
La originalidad del dibujante se constituye siempre en un personalísimo estilo que sigue generando admiración. En esta historieta despliega la pura acción con episodios de violencia, sexo y movimiento de una esquisitez asombrosa.
Gran historieta de dos maestros de la historieta argentina que en medio de la producción industrial en momentos de su realización, generan una revisión placentera a años de su construcción. Puntaje: 8