Es entendible que determinados films o películas encuentren un mejor soporte en el video que en el material fílmico. Incluso diríamos que en la anterior comentada Paranormal Activity esta cuestión es central respecto a sus logros.
Pero en cine la cuestión de "impresión de realidad" es fundamental para pensar este arte en todos sus aspectos. Si el uso del video digital como soporte en la anterior Miami Vice le era tan propio como su tema, aquí la cuestión cambia radicalmente, y eso a pesar del descomunal trabajo del fotógrafo Dante Spinotti.
Si vale la aclaración, no se puede hacer un western en video digital porque en el momento que la imagen denuncia esa condición de producción evidencia en primer plano una cuestión que el clasisismo marcó a fuego y es lo que denominamos grosso modo: transparencia.
Un film de gángsters como este, tan enraizado como género, distancia al espectador en los momentos que el video hace visible tales procedimientos; y si se hace excusable en una película de bajo presupuesto y director ignoto, no se entiende la decisión de Mann con actores tan altamente presupuestados y redituables como Johnny Depp y Christian Bale. Posiblemente todo el resto de la operatoria técnica -a la que incluyo el guión- sea relevante, pero la aparición de la imagen hiperrealista y su sesgo videístico, lo marchitan cuando no era necesario. Puntaje: 4
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