Luego de ver el sobredimensionamiento de la película de Bigelow, The Hurt Locker, oscarizado y multipremiado en demasía, debe verse este film que se erige entre los mejores films estrenados del año.
Porque Greengrass logra ese extraño y perfecto equilibrio entre historia y ficción, cruza que se solidifica cuando, en vez de establecer una idea del Irak de hoy -que por lo demás subyace en el relato-, radicaliza al extremo la mentira con que se fundamentó la invasión.
Un oficial de alto rango del ejército americano es quien, y he aquí lo notable, como un detective irá en busca de la verdad, pero de una verdad que le explique a él mismo que está haciendo en ese país tan extraño a todo lo que él mismo representa.
Porque Miller, como oveja descarriada, es la mirada de la inocencia que buscará la verdad desde el establecimiento de un doble pacto: con el hombre de la CIA y con el traductor. Desde la civilidad, ambos serán los parámetros desde donde se moverá el personaje. Con el primero a través de un pacto sacerdotal y con el segundo a través de la piedad. El nexo entre todos ellos será la bendita libreta que permitirá localizar al General Al Rawi, el primer general del ejército iraquí que podría revelar la verdad sobre las armas de destrucción masiva.
Con el hombre de la CIA, Martin Brown, tal pacto se establecerá cuando éste le proponga saber la verdad, al costo de ensuciarse en un juego del que no es posible evadirse: "no seas naif", le expresa luego. No hay manera de caminar por el infierno sin que ello le provoque marcas. Con el traductor, cuando le restituya "lo que le falta" y se iguale en esa búsqueda de verdad: "quedate cerca mío", le repite en todo el film; cuando la verdad se diluya con la noche y la muerte, le dirá un simple: "vete a casa", en un reino donde ya no es posible porque el país persa es un auténtico infierno, donde la verdad no será posible y de esta manera solo podrá irradiarla fuera de ese terreno. Porque hasta en eso es acertado y preciso: la periodista como emblema de lo mediático y falso, y con la cual Miller, desde la mirada del final, se entenderá de todas las maneras posibles.
Luego del Redacted de Brian De Palma, del The Hurt Locker de Katryn Bigelow, esta Green Zone se eleva por ellos como el mejor de los films ficcionales sobre el espanto de esa guerra y la insidiosa y macabra ocupación del ejército estadounidense.
Paul Greengrass ocupa prontamente un lugar destacado dentro de los grandes directores contemporáneos, con una maniera descomunal para que el cine siga siendo un medio de conocimiento, y no solo por la historia precisamente. Un film que se mueve entre esa cámara oportunamente ajustada al relato y un montaje que se entiende a estos tiempos pero tan alejado, sorpresivamente, de la estupidez y frigidez de tanto cine intrascendente. Puntaje: 10