BLOG DE CRÍTICA Y ANÁLISIS

martes, 14 de julio de 2009

Oliver Stone - W. (2008)

El Stone que nunca estuvo
W. cuenta la vida de George W. Bush. Uno de los presidentes más odiados de los últimos tiempos. Y la apuesta de Oliver Stone pasa por contarnos la vida de este Bush joven, cuando era un alcohólico y el "hijo de", saltando en el tiempo al Bush que decide la invasión de Irak. Del pasado al presente post 11/9. Un ida y vuelta constante, y donde los asuntos del pasado legalizarán sus acciones en el futuro.
Y pareciera que el director solo intenta ser la más ecuánime posible. Como si solo se pudiera pasear con la cámara y viajar en el tiempo para establecer desde la distancia un estado de situación; y aclaro, que desde la distancia de empatía con el personaje. Y uno al terminar el film se queda con la sensación de que todos los males de la administración tuvieron que ver con ideas y decisiones que sugirió el Vicepresidente Dick Chaney. Como si Bush fuera un monigote que, de tan acomplejado por la relación de su padre con su hermano y el desplante al que se vió sometido, solo firmó decretos desde el más puro desinterés.
Toda la escena de ese ritual "iniciático" al que lo someten cuando es soldado, terminan victimizándolo. O sea, si lo indujeron a tomar alcohol he ahí la fundamentación de su enfermedad; si firma los decretos para legalizar la tortura, un comentario del mismo Bush lo refiere a las "torturas" que recibió en tal ritual.
De campechano, honesto, algo tontuelo, y la justificación que llegó a la presidencia de puro tesón, queda solo un paso para tener cierta empatía con este personaje.
Pero entonces... ¿Qué se propuso Oliver Stone?
Desde su conocido izquierdismo, el film justificaría su honestidad como artista.
Desde el oportunismo histórico, desde esa miopía tan propia y consecutiva de sus películas, este "W." es un eslabón más para un director que supo engañar metódicamente a unos cuantos incautos con su posicionamiento político.
Si algo rescatamos del film es la caracterización de Josh Brolin, y que el único desnudado aquí no es el ex-presidente, sino el mismo Oliver Stone. Puntaje: 3

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