Hayley es una adolescente -14 años- que conoce a un fotógrafo de 32 años (Jeff) y que gusta seducir a jovencitas por el Chat. No entendemos al comienzo porque Hayley se empecina por ir a la casa de éste pero a poco de llegar comenzamos avizorar las verdaderas intenciones: Hayley dormirá a Jeff y lo va a castrar para que no seduzca más niñas. La acusación de pederasta no nos parece suficiente y caperucita roja bisturí en mano opera con poca anestesia y un monitor a la vista para que Jeff observe mientras se encuentra maniatado.
La participación de éste en el video snuff practicado a una amiga de Hayley y un cartel al comienzo avisándonos de su desaparición, lo compromete definitivamente al final de la historia. Las posiciones de cámara encandilan a Slade hasta lograr hacer de este film una obra de teatro filmada.
Esta segunda película de David Slade pone en evidencia al menos dos cuestiones: una es que ha estado viendo mucho cine oriental y la otra es que le gustan demasiado los videoclips. Y si ambas cuestiones a priori no son motivos para generar una película mediana, si lo son cuando equivoca el tono y el sentido en un largo fílmico. La apropiación de esos temas tan caros al cine del otro extremo del mundo quedan patentizados en cuestiones tales como la tecnología como nervio central y el sadismo detallado casi como sustituto de una venganza que vamos dilucidando poco a poco. La segunda de las cuestiones mencionadas reaparece en la proliferación de primeros planos y en encuadres que van a destacar más cierta "justeza" fotográfica que en darle al espectador otros planos que narrativamente se impondrían.
Solo algunos momentos gestuales de los protagonistas y el tema final "Elephant Woman" de Blonde Redhead resaltan en esta película de escasas aristas. Puntaje: 4
La participación de éste en el video snuff practicado a una amiga de Hayley y un cartel al comienzo avisándonos de su desaparición, lo compromete definitivamente al final de la historia. Las posiciones de cámara encandilan a Slade hasta lograr hacer de este film una obra de teatro filmada.
Esta segunda película de David Slade pone en evidencia al menos dos cuestiones: una es que ha estado viendo mucho cine oriental y la otra es que le gustan demasiado los videoclips. Y si ambas cuestiones a priori no son motivos para generar una película mediana, si lo son cuando equivoca el tono y el sentido en un largo fílmico. La apropiación de esos temas tan caros al cine del otro extremo del mundo quedan patentizados en cuestiones tales como la tecnología como nervio central y el sadismo detallado casi como sustituto de una venganza que vamos dilucidando poco a poco. La segunda de las cuestiones mencionadas reaparece en la proliferación de primeros planos y en encuadres que van a destacar más cierta "justeza" fotográfica que en darle al espectador otros planos que narrativamente se impondrían.
Solo algunos momentos gestuales de los protagonistas y el tema final "Elephant Woman" de Blonde Redhead resaltan en esta película de escasas aristas. Puntaje: 4
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