BLOG DE CRÍTICA Y ANÁLISIS

sábado, 27 de junio de 2009

Claude Chabrol - Bellamy (2008)

Caída libre
Una serie de travellings sobre un cementerio, luego otro hacia el abismo que encuentra un automóvil quemado, un cuerpo incinerado todavía con el cinturón de seguridad, y su cabeza desplazada en el suelo. Fin de la presentación y fin también de lo mejor de la película.
Un policía de vacaciones con su mujer, articula una doble huída de ella y del deseo de su esposa de viajar en un crucero, a partir de un caso que le cae como del cielo, y de su hermano, una inversión perfecta de su carácter bonachón.
Claude Chabrol establece rápidamente otra vez sus temas recurrentes y que deben articularse para entender como el caso del merodeador en su casa se enlaza con la llegada de su hermano.
El film opera desde el muestreo de situaciones anodinas y falsamente no importantes para construir poco a poco un descenso a ese abismo que el filme promete en su introducción. El problema es que la profundidad de ese abismo es tan leve que más parece un pequeño salto de desnivel.
Chabrol equivoca el tono, y lo más grave, olvida que el género, en el cual y desde el cual edifica la trama, tiene leyes que sí son flexibles, pero no son infinitas. El tedio de someter al espectador en la escena de la cena con el odontólogo de su mujer para poder obtener Bellamy algún dato respecto a un caso, es de un tono tan grosero que no parece del mismo director.
Y si de rescatar algo más se trata, el recorrido del hermano hacia el final sobre su automóvil por rutas secundarias y prontamente llena de malezas es de una belleza sublime tan abiertamente contradictoria con toda la puesta anterior de la película. Todo en el film es un doble, de forma, de contenidos y de apariciones. Pero las partes olvidables superan largamente lo poco rescatable de ésta última película del gran Chabrol. Puntaje: 5

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