BLOG DE CRÍTICA Y ANÁLISIS

martes, 9 de junio de 2009

"Lost" (Temporadas 1 - 2 - 3 - 4 - 5)

"Lost" - Primera temporada (2004-5)
"Lost" - Segunda temporada (2005-6)
"Lost" - Tercera temporada (2006-7)
"Lost" - Cuarta temporada (2008)
"Lost" - Quinta temporada (2009)
El tiempo de los héroes
Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de cómo en las series norteamericanas se conserva lo mejor de la narrativa clásica. Y esto es verdad, sí, pero hasta un determinado punto. Porque no es estrictamente la narración clásica lo que distingue a la última generación de series norteamericanas, sino uno de sus aspectos, y quizá el más importante. Casi todas las películas que llegan desde los Estados Unidos en los últimos tiempos conservan esta narrativa, pero la más de las veces son films fallidos -y en más de un sentido, digamos-, films repetidos y clisheados a más no poder. Films que perdieron todo lazo con la tradición, en el exacto sentido del término, esto es, tradición de traer, del latín original por transmisión. Y estos films contemporáneos de lo clásico solo conservan, si se quiere, solo el procedimiento, pero vaciados de sentido.
Porque lo que sí conservan estas series contemporáneas es el operar del héroe. Operar del héroe que se establece a través de una serie de pruebas que el protagonista deberá salvar para ser, de allí su denominación, algo distinto. Es recurrente como en los distintos capítulos de Lost existe un grupo que es movilizado de un lado a otro porque no pretende distinguirse, y sin esa distinción, la posibilidad de pasar a otro estadio es directamente nula. Son los hombres de la comunidad de los otros o del resto de los pasajeros sobrevivientes.
Y aunque el héroe pocas veces llega a alcanzar un nuevo estadio, también es verdad el intento constante de lograrlo, porque en esa búsqueda del ser, se establece la sutil y profunda diferencia con el hombre común.
Pero para ser tal, el héroe no puede renunciar al encuentro con la aventura, debe ir en su busca casi por necesidad, esa necesidad de poder responder aquello que lo invita a adentrarse en situaciones y encuentros que a medida que los vivencia los va cambiando, los muta a riesgo también de perder la vida. La comodidad del hogar es la posibilidad de la cual el héroe se aleja, y en esa ida, perderá para siempre lo "común" del hombre.
En Lost esto es por demás de harto elocuente. A saber: la locación de la serie se desarrolla en una isla que resuelve desde lo fantástico inclusive y como un personaje más: recuérdese que los hombres están "perdidos", de allí el título: Lost de la serie. En ese estar perdidos se manifiesta la existencia en un lugar casi anterior a los tiempos modernos, lo que los retrotrae a un operar casi salvaje, anterior a lo civilizado (por lo demás la serie ahonda en exceso en este punto, con el trato que se dispensa hacia el "otro"), porque es ese perderse en el espacio y el tiempo no otra cosa que establecerse en un tiempo mítico. Tanto Jack, como Locke, como Kate, como Sawyer, y hasta el mismísimo Ben son héroes. Pero héroes de distinto linaje que portarán sus dones como una carga o una bendición. ¿O que otra explicación puede darse para la acción de Juliet en el capítulo final de la quinta temporada? ¿O que otra denominación haremos del Ben que como Abraham se enfrentará al Padre para reclamarle el haber sacrificado a su hija? Y así con cada uno de ellos. Y todos ellos portarán cicatrices a lo largo de sus peripecias para recordarles (y recordarnos, claro), que aquello por lo que pasaron dejan marcas, marcas que son más notorias en su alma que en sus cuerpos físicos. Y son esas mismas marcas por las que vemos el mundo como espectadores.
En ese andar de los héroes, en todos sus recorridos -que exceden el pasado o el futuro-, la acción que vemos siempre es tiempo presente, y en ellas nos sumergimos. Porque hasta un Dexter conlleva sus virtudes que lo distinguirán del resto. Y en esos dones que poseen también -y en eso son ejemplares todas las series-, los héroes cometerán excesos, excesos del que darán cuenta de una u otra forma. Si las series de décadas anteriores no se permitían tales, era porque sus protagonistas rara vez se desentendían del hombre común, y si lo hacían, era para responder al accionar que distintos estamentos oficiales lo permitían o legalizaban. En estas series no, y precisamente en Lost, todos portarán un pasado cuando no tortuoso, sí con algo para purgar.
Seguimos a sus héroes que son distintos del resto, y miramos sin agotar ese devenir en la historia que en su resolución, los vuelve míticos. Es eso lo que recuperaron las series contemporáneas. De allí lo irresistible y la necesidad del cómo sigue. En Lost esperamos con encanto la última temporada de cierre. Allí estaremos. Puntaje: 10

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