Del gran Greene al tosco Jordan
Sarah (Julianne Moore) es una mujer atrapada en la red del matrimonio junto al insulso Henry Miles (Stephen Rea), pero el conocer al escritor Maurice Bendrix (Ralph Fiennes), su vida cambia...pero no para siempre. En un momento en que los amantes se encuentran en la cama, una bomba cae y, cruel paradoja, dan a entender a ambos sentidos distintos a lo ocurrido. Maurice es una persona entrañablemente celosa y cree que su amada Sarah lo ha dejado por otro amante, e instigado por las dudas del esposo, contrata a un detective para averiguarlo.
Pero el tercero en discordia no es otro hombre sino Dios, a quien Sarah le encomienda su vida por salvar al hombre que ama: Maurice. Dentro de un relato intercalado, la historia de amor y de fe -que en este caso es casi lo mismo-, avanza tanteando el destino y a merced de una profunda fe y apareada de milagros.
El tema del film no es el amor sino la fe, y si el director no hubiese sido el irregular Neil Jordan, aquello inasible e inaprensible que se vislumbra en el momento de la explosión de la bomba, se hace burda puesta en escena con el fin de la mancha del hijo del detective. Jordan se ciñó a la novela, pero el cine siempre es otra cosa. Puntaje: 7
Pero el tercero en discordia no es otro hombre sino Dios, a quien Sarah le encomienda su vida por salvar al hombre que ama: Maurice. Dentro de un relato intercalado, la historia de amor y de fe -que en este caso es casi lo mismo-, avanza tanteando el destino y a merced de una profunda fe y apareada de milagros.
El tema del film no es el amor sino la fe, y si el director no hubiese sido el irregular Neil Jordan, aquello inasible e inaprensible que se vislumbra en el momento de la explosión de la bomba, se hace burda puesta en escena con el fin de la mancha del hijo del detective. Jordan se ciñó a la novela, pero el cine siempre es otra cosa. Puntaje: 7
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