Julián (Pierce Brosnan) es un asesino que trabaja en distintas partes del mundo, donde lo mandan, claro. El problema es que con el tiempo la actividad va desgastando de a poco su ser más íntimo, de tal forma que últimamente su vista se nubla al apuntar con el arma, hasta que recala en México para un trabajo. Danny Wright (Greg Kinnear) es un hombre de familia, honesto y trabajador cada vez más adeudado que viaja a México para concretar un negocio que puede cambiar su vida...si lo concreta. Y en el bar de un hotel sus caminos se cruzan, en todos los sentidos del término.
Película que hace sonreír nerviosamente, pero también película que navega con viento calmo a prisa y piadosamente, tal cual mira a sus personajes el director. Nada le sobra ni le falta, ajustada a más no poder, y remito a la escena del baile en el living que tiene la delicadeza de quien sabe adónde va, y sobrando.
El director Richard Shepard nos entrega una película divertida, emocionante, y donde delante de todo está, siempre, el inmenso plafond de la emoción. No esperaba nada y me encontré con una película para recomendar. Puntaje: 8
Película que hace sonreír nerviosamente, pero también película que navega con viento calmo a prisa y piadosamente, tal cual mira a sus personajes el director. Nada le sobra ni le falta, ajustada a más no poder, y remito a la escena del baile en el living que tiene la delicadeza de quien sabe adónde va, y sobrando.
El director Richard Shepard nos entrega una película divertida, emocionante, y donde delante de todo está, siempre, el inmenso plafond de la emoción. No esperaba nada y me encontré con una película para recomendar. Puntaje: 8
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