BLOG DE CRÍTICA Y ANÁLISIS

martes, 9 de junio de 2009

David Fincher - The Curious Case of Benjamin Button (2008)

La piedad como forma de filmar
La última película de David Fincher no es casualmente un película de larga duración como su anterior Zodiac. Es más, me animo a pensar que ambas se corresponden a una misma forma de filmar, claramente distanciada de sus anteriores The Game o Seven.
En sus dos últimos films, los procedimientos formales de puesta en escena y estilísticos en su registro y resolución son exactamente similares, como así también su extensión temporal.
Benjamin Button es alguien que nace como un octogenario, para ir rejuveneciendo a medida que va "creciendo", hasta llegar a convertirse en un niño. La documentación que impone el film a esta vida a contramano del mundo, obliga a que emocionalmente el contraste con sus padres adoptivos y con el amor de su vida esten constantemente interferidos. Si en la anterior Zodiac la busca del asesino en serie obligaba a los "detectives" a buscar huellas en los agujeros no visibles para el resto de los investigadores, obligaba también a partir de la obsesión de estos a alejarlos de cualquier sentimiento emocional, de allí el tono premingeriano que Fincher encuentra ajustado y exacto.
Es este el tono que recorre tambien a su último film. Los largos planos y cuando no extensas secuencias, revelan la imposibilidad de construir un artificio emocional en la vida del propio Benjamin. No hay simpatías sobre sus personajes, sino una relación intelectual recubierta de piedad. Es esta piedad, exactamente igual a la que nos muestra en su personaje de Zodiac.
Si la correspondencia con el film anterior se establecería por solo ese concepto la analogía no sería menor. Basada en la novela corta de Francis Scott Fitzgerald, Fincher entrega una película que cada vez se cierne más sobre los propósitos marcadamente expuestos del cine clásico. La morosidad con que es advertida por determinada crítica, es opuesta a la que conocemos de sus primeros films. En ellos, está latente su impronta de los años `90, no exenta de encontrarse claros rasgos de "recortar" las escenas solo en los tiempos "necesarios".
The curious case of Benjamin Button es otra película de un director que parece retraerse más y más al clasisismo, como si su evolución lo llevara directamente a los orígenes del cine. De allí la sustracción de cualquier tono que no sea el de gravedad que encontramos en sus dos últimos filmes. En tiempos en que menos parece más, este Benjamin Button nos muestra una summa del mejor cine, y así más...siempre será más.
David Fincher es uno de los pocos directores de los cuales uno puede esperar una grata sorpresa, como en este caso...y ya no tan curioso. Analizar a posteriori cualquier secuencia de este film nos encontrará deleitándonos con la exactitud que en su extensión nos parece negada. Puntaje: 8

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