BLOG DE CRÍTICA Y ANÁLISIS

lunes, 8 de junio de 2009

John Carpenter - John Carpenter`s Vampires (1997)

Carpenter y su constante maestría
Este sea posiblemente uno de los más radicales y extremos films católicos de esa obra homogénea y esencial dentro del cine contemporáneo.
Jack Crow (Cuervo) es el líder de un grupo de cazadores de vampiros, pero es el único que cree, su actuar y pensar no se verá modificado en ninguna circunstancia. A ellos los acompaña un sacerdote como guía espiritual para tal obra.
Luego de matar a un grupo de vampiros en una casa en medio del desierto, se dirigen a "relajarse" a un motel alejado de la ciudad. Allí el festejo es ni más ni menos que una plena orgía y donde un grupo de prostitutas levantan la fiesta. El motel se llama "Sun God" (Dios Sol), esto es, un dios pagano. Y allí, mientras Jack discute con el sacerdote pues sabe que se les ha escapado un "amo" (esto es un semejante pero de sentido contrario), el resto se abandona a los placeres mundanos. Uno de ellos, quien lleva una cruz en una remera, casi como marca publicitaria, entabla el siguiente diálogo: -Nadie cree en los vampiros, -La cuestión es que nosotros sabemos que los vampiros acechan la tierra…También sabemos que hay un Dios., -Sí, pero no lo entendemos.
Luego de la masacre de todos sus compañeros, el regreso hacia el hotel donde se encuentra Montoya junto a una prostituta que ha sido mordida, un plano medio de Jack lo destaca guiado por una cruz y claro, luego de incinerar el templo pagano. Sus heridas son curadas por un sacerdote, "uno" de los suyos demás está decir.
En el encuentro de Jack con el cardenal, este le presenta a su nuevo "guía": Adam Guiteau (Adán), o sea el primer hombre y donde Jack lo reconocerá como su par hacia el final.
No olvidemos que Jack fue educado por la iglesia cuando sus padres fueron atacados por vampiros: Jack fue "educado" por los sacerdotes para una tarea.
La creciente vampira Katrina le pregunta a Montoya respecto a los vampiros:
Katrina: ¿Porqué nadie sabe de ellos?
Montoya: Porque nadie quiere saber.
O sea, solo hace falta creer, todo está a la vista.
Recordemos que el hotel tiene una puerta de estilo gótico y una puesta barroca que nos refiere al salón del cardenal, lugar del traidor que no sabemos aún pero también, y por supuesto a un lugar de culto. Montoya sabe de su creciente transformación frente a un espejo. Carpenter y la utilización de espejos daría para un extenso escrito, por lo demás.
Cuando finalmente Valek recupera la cruz, le espeta a Jack, quien se encuentra en una posición de crucifixión sobre un auto: "Se acabó tu guerra cruzado"
El cardenal pierde su fe porque traiciona y porque duda diciendo ¿Existe un Dios? ¿Existe un paraíso?
Valek lo define otra vez a Jack: "Estás solo cruzado". Pero Jack no está solo, Adán está con él y la cruz de la que nunca se desprendió los acompaña.
En la despedida final entre Jack y su amigo Montoya, este le expresa: "Vaya con Dios amigo", a lo que Jack responde: "Vaya con Dios destructor".
Estamos solos ahora, le dice a Jack al sacerdote Adam. Este toma el rosario de su bolsillo y le responde: "No, Él siempre estuvo con nosotros".
Esto es apenas una serie de apuntes sobre un film que obliga a un estudio mayor y que sería esperable hacer alguna vez. Pero como muestra basta. Pensar este film desde la ceguera mental como la que esboza Elvio Gandolfo en su libro sobre géneros es una supina pérdida de tiempo. En el cine solo hay que saber mirar. Y siguiendo a Montoya solo es cuestión de creer. Todo está en la superficie. Puntaje: 10

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